Después de escuchar las empáticas declaraciones institucionales del presidente Sánchez, me he dado cuenta de que he fracasado como presidenta de mi comunidad de vecinos. Me temo que les he abandonado en estos duros momentos. Tomando nota de su tono firme pero esperanzador, propositivo pero agradecido, emocionado pero contenido, he decidido hacer una declaración institucional y pincharla en el tablero del portal.
Me enfrenté al folio en blanco con la misma inquietud con que lo hago en este diario: ¿qué debería decirles, que sirva para algo? Alberto me ayudó en eso. Me dijo que sería bueno que nos ofreciéramos a hacer recados a los que no se atrevieran a bajar a la calle. Me he dado cuenta de que en eso llevamos una semana de retraso con otras comunidades y que, de haber alguien en esa situación, debía de llevar días comiéndose las cortinas a palo seco. Pero no estaba de más. Junto al piso y letra de mi casa, dejé un espacio en blanco para que otros vecinos solidarios apuntaran sus pisos. Por otro lado, quizá sería bueno saber, dije con tacto y educación, si hubiera algún positivo en la finca, para redoblar la limpieza y desinfección de las zonas comunes.
Dudé si firmar el escrito con un “¡unidas podemos!” pero temí que me lo interpretaran de manera partidista y a fin de cuentas yo estaba ahí por turno y no por designación popular. Finalmente, me decidí por un escueto “¡mucho ánimo!”, muy lejos de las grandes consignas épicas con las que riega el presidente sus últimos discursos. Cuando bajé a tirar la basura, dicté mi bando publicándolo en el tablón con una chincheta verde. Un rato después, Alberto me preguntó: “pero una cosa, ¿queda alguien en el edificio?”. La verdad es que hemos sufrido muchas bajas desde que empezó el confinamiento. Bastantes vecinos han desaparecido con bomba de humo o permanecen muy silenciosos, arrinconados y quietos. De todas formas, he cumplido con mi deber y puntualmente seguiré informando a mi comunidad (me lean o no) de las novedades en materia de infraestructura, sanidad y cuidados que nos atañen.