Dónde está Rimbaud

Desde ayer la sección de Cultura es una sección maldita. O al menos, que desea ser maldita.

No muy lejos de la redacción de ADN.es, dentro de unas horas, Patti Smith ejercerá de madrina invitada a la inauguración de una exposición sobre Arthur Rimbaud, poeta francés cuya figura y mito atrae a lectores y seguidores de la más oscura intensidad.

La responsable de este artículo que narra las claves de esta pasión por la figura del escritor y aventurero, Carmen Álvarez, ha hablado por teléfono con dos personas, expertos en la obra de Rimbaud, que no han sabido precisar sobre quién pesa la influencia. Ramón Buenaventura, traductor, sólo acertó a decir que había influido «en todos».

Y la comisaria, Lola Martínez de Albornoz, dijo que había que busca su influencia en la música y la pintura ya que «no lo había» en la poesía. Aún así, no supo precisar ningún nombre, dar un ejemplo, un disco, una obra.

En esta mesa maldita nos atravemos a decir que el dúo de pop electrónico Fangoria tituló su espléndido disco Una temporada en el infierno en homenaje a Rimbaud y su canción Todo lo que amo debe de morir nos recuerda, porqué no, a lo que pudo haber pensado el poeta al abalanzarse, con intención de asesinarlo, sobre su amante Verlaine.

El retorcido compositor de bandas sonoras Jan A.P. Kaczmarek, firmó Total eclipse en 1995, su score para el biopic sobre la relación entre Rimabud y Verlaine protagonizado por Leonardo DiCaprio.

Sería sencillo recordar la canción de Van Morrison Tore Down a la Rimbaud, pero más complicado acordarse de la cantautora neoyorquina Marnie Stern y sus Letters froom Rimbaud, o del grupo escocés BMX Bandits y su Rimbaud and Me.

Homenajes aparte, la herencia decadente del autor de las Iluminaciones y Una temporada en el infierno se ha dejado sentir en la corriente más oscura de la música oscura. Grupos como Werkraum, Annima in Fiamme o el grupo gótico italiano Theatres des Vampires han declarado ver en Rimbaud espejos de sí mismos.

Y las referencias, alusiones y citas son innumerables… aunque muchos no se acuerden de ellas. O no las conozcan.

CC. Elena Cabrera. Publicado en ADN.es