Eso que se está agitando

Quería ir más allá de donde dejé el último post, pero me he perdido.

Normal.

Hay unas palabras del comentario de ese chico que me retumban, y es la del medio horizontal. En algún post de mi blog, antes de que cayera en desgracia, hablaba de las reuniones en las que Agustín García Calvo propuso pensar un periódico, aunque luego no lo hiciéramos, pero sólo con pensarlo ya existía y, así, desafiaba todos los imperativos que te impiden crear un medio sino es un medio asimilado. «¿Pero quién nos lo va a impedir?», clamaba García Calvo.

A mí me parecía que quedarse en los proyectos y no intentar hacerlo era tirar la energía. Y con los años he ido aprendiendo que estaba equivocada pues pensarlo, hablarlo, es ya de por sí un lujo, un inexistente. ¿Quieren saber de qué se habla en mi redacción cuando no se está trabajando? Bueno, no lo diré por si algún compañero husmea por aquí y se siente atacado. Pero sí diré que prefieren ustedes no saberlo. Y con eso ya digo demasiado.

Si tan sólo pudiéramos pensar en cómo sería un medio horizontal que nosotros hiciéramos, creo que muchas cosas cambiarían.

Ayer, en la mesa redonda, las mini intervenciones en torno a la visita de Jean-León Beauvois hubo un momento en el que los invitados se encendieron e incluso hubo un aplauso desde el público al poner sobre la mesa cómo los medios públicos de comunicación jamás han sido menos públicos. Y se añadió: para la política tampoco existe espacio de lo público.

El interés por lo público está en crisis. Hablamos de la crisis financiera y económica todo el rato. Y la otra nos da igual.

Hoy terminé un artículo sobre eso que se está agitando entre los guionistas en España. Hay que seguirlo. Hay que escucharles, a ver.

Ha muerto repentinamente Francisco Casavella, a quien nunca he leído ni sé si debo leer. Y me voy a comer una burguercangreburguer de tofu mientras pienso en las preguntas que tengo que hacerle a un peruano, las preguntas a unos griegos y sobre todo las que tengo que hacerme a mí.