Dios salve a Álvaro Pombo, aunque no le guste el juez Garzón («ese juez calavérico, óseo», dice) porque sin él la presentación de los Premios Planeta 2008 en Madrid habría sido otro acto más institucional, a medio camino entre el acto de ministerio y el acto de comunidad autónoma.
Había una pomada tan buena que ni Carmona y Caballero soñaron jamás con ella: Esperanza Aguirre con traje rojo y Alberto Ruiz Gallardón con muletas, ambos juntos en primera fila; escritores viejunos y mujeres de buen ver que un día ganaron también el Planeta; dos infiltrados de Paramount Comedy (hola Miguel, y Juan)…
…Luis del Val, el que mejor celebró los chistes de Pombo; Guillermo Summers, a mi lado; y tres maravillosas mujeres que me parecieron encantadoras y por ello les pedí una foto:
Unos vinos, berenjenas empanadas en miel, tempura, huevos de codorniz empanados, barquitas de queso batido y pastelillos variados después, Carmen Álvarez y yo volvimos a la redacción y allí escribimos juntas Lecciones de humor en los premios Planeta. Un rato después llegó Fernando Savater y pasé un muy buen rato tecleando por él -¡no se trajo las gafas de escribir!- las respuestas que me dictaba en la entrevista digital con los lectores de ADN.es.
De lo que dijo, me gustó esto: «Yo soy un cazador solitario y no me gustan las tertulias» y «la vida está hecha de malentendidos y uno no debe ser demasiado susceptible si quiere disfrutarla».
Entre pregunta y pregunta pudimos hablar algo, no mucho, pero lo que más me impresionó fue que pensara que él ya no podría adaptarse jamás a los medios digitales, que moriría leyendo periódicos, escribiendo para periódicos. Yo le dije que probablemente los periódicos en papel morirían antes que él. A lo que me contestó que habría que resignarse y que era un alivio saber que al menos le quedaba tanta vida como al papel.