Como ya he contado por aquí, este año he alentado dos paseos colectivos comentados en abril, que fueron repetidos el mes de mayo. Nunca se me habría ocurrido hacerlos por mí misma, así que fue maravilloso que las programadoras de CiudaDistrito (del Ayuntamiento de Madrid) me animaran a proponer un proyecto. Lo hice, les gustó a ellas y también a la Junta Municipal de Chamartín, que es el distrito en el que tendrían lugar.
Los pensé para el barrio en el que vivo desde hace diez años: Prosperidad. Mi zona madrileña de referencia siempre ha sido el Este. Crecí en Canillejas. Cuando me independicé me fui a vivir a Barcelona (más al Este no me podía ir sin caerme al mar). Al volver, viví en Malasaña unos años. Después, en mi segunda independencia, regresé a las andadas, a un piso en la Guindalera. Unos años después, crucé el río que supone la Avenida de América para comprar un piso unas calles más allá, en La Prospe. No estoy lejos de donde nací, en un hospital pequeño en la calle Juan Bravo.
Soy madrileña, aunque siempre he vivido con la sensación de que estoy aquí de prestado, por error, y que en realidad debería vivir en A Coruña. Supongo que eso le pasa a mucha gente, que se sienten descolocada. Por eso hago esfuerzos por ser tanto de un sitio como del otro. Esos esfuerzos se traducen de muchas maneras, y una de ellas es trabajando la memoria y la historia de los lugares que habito. Es esfuerzo pero no me cuesta demasiado, es algo que me fascina, de siempre.
En estos paseos por La Prospe he aprendido mucho porque los conocimientos que ya tenía se han fundido con los lugares y las personas. Ha sido raro y no me lo esperaba. Le dije a los grupos que uno de los objetivos era que, al volver a pasar por allí, recordaran la historia de los lugares. De alguna forma quedan transformados. Para mí ya eran así pero ahora lo son más, de una manera más real y colectiva.
CiudaDistrito ha publicado el material de mano complementario que hice para los paseos, para su lectura y descarga. Pero en realidad lo que mola es pasearlo con gente y contarnos mutuamente historias, como ha sucedido en las cuatro ocasiones. Espero, la verdad, volver a repetirlos.
Otra manera de revivirlo es este maravilloso artículo escrito por mi buen amigo Henrique Mariño, en Público: La Prospe, el barrio que propagó la nueva ola.
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Y aquí la playlist de Spotify de 20 canciones para escuchar mientras se hace el recorrido (o antes o después) de la memoria musical de La Prospe.