Con su peculiar garganta ronroneó clásicos del jazz y de la música disco, creó un estilo personal del vestir y el actuar y encarnó a Catwoman en el ‘Batman’ televisivo de los sesenta
Pequeñita pero sensual, garganta ronca y felina, cantante, cabaretera, actriz y bailarina, Eartha Kitt conquistó los corazones y las pistas de baile en los setenta y los ochenta.
La artista ha muerto el día de Navidad a la edad de 81 años a causa de un cáncer de colon que le fue detectado hace dos años y que tuvo una remisión que le permitió volver a los escenarios, sobre los que estuvo actuando hasta hace dos meses. Su agente Andrew Freedman confirmó que tenía fechas contratadas para 2009.
La mismísima diva gótica Siouxsie confesaba en una entrevista a ADN.es que consideraba a Earth Kitt la verdadera reina gótica.
Eartha decía de sí misma que era sexy como una gatita, de hecho, fue la segunda encarnación de Catwoman en televisión, en la serie Batman de los sesenta, su papel más conocido.
«Mi mayor desafío fue ser capaz de sobrevivir al negocio y ser capaz de sobrevivir a él en relación a lo que yo estaba haciendo. No a lo que otra gente estaba haciendo», dijo Kitt a la agencia Reuters en 2005, mientras participaba en el festival de jazz de Rhode Island.
«Me quedé anclada en mis propias armas y creo que ese es uno de los motivos por los que he sobrevivido. No seguí a la manada sino que continué por mi propio camino», dijo la artista que se confesó como «la persona más tímida del mundo, la más asustada, algo que supuestamente el público no sabe».
El ronroneo gutural de Eartha Kitt llegó a su máxima expresión con el hit de la música disco Where is my man? También también será recordada por popularizar C’est si bon en 1954 (Yves Montand la cantaría posteriormente), Let’s do it en los setenta, o la navideña Santa baby.
Eartha ganó dos Emmys, estuvo nominada para un tercero, para un Grammy y para dos Tonys.
La gatuna nació en una plantación de Carolina del Sur en 1927, pasó una dura infancia sureña hasta que, por fortuna para su carrera, fue enviada a vivir con su tía a Nueva York.
Fue boicoteada en Estados Unidos por pronunciarse contra la Guerra del Vietnam en los años sesenta, por lo que comenzó a actuar en Europa, cosechando la fama antes de regresar a su país.
«Ella creía que si de verdad confías en ti mismo, tu talento es auténtico», dijo su agente a Reuters tras conocerse la noticia de su fallecimiento.
CC. Elena Cabrera. Publicado en ADN.es