Luz seca

Lo primero que he notado ha sido el frío. Bajé a tirar el vidrio, por tener una excusa para ir a la calle. Y lo siguiente de lo que me di cuenta fue de la luz en la escalera, que estaba a oscuras a pesar de la luz que entra por las ventanas de los patios. Y la luz esa no era amarilla, era más bien azul, seca. Y en la calle, ese silencio raro de cuando va a pasar algo roto por una vecina que le habla a gritos a otra por el telefonillo para que baje a ver «el eclissse». Lo siguiente extraño ha sido que la plaza de Franscisco Silvela estuviera rajada en dos. Una parte a oscuras, vacía, y otra pintada con una tira de sol en la que se amontanaba un número creciente de peatones mirando hacia arriba, dirección Doctor Esquerdo, con gafas de lunas negras y montura de cartulina, con las bocas abiertas, como si por priemra vez vieran una película 3D. Entonces me fijé en la sombra que proyectaba mi figura sobre la acera, eso sí que era curioso: el contorno era doble, vibrante. Más adelante vi a dos emleadas de la droguería haciendo un experimento con dos folios. En el que habían puesto en el suelo se proyectaba la sombra de un círculo que habían recortado en el otro papel. Pero la sombra no era círcular, sino de un mínimo cuarto creciente. Encontré un amigo en la esquina y me pasó sus gafas, en silencio, casi sin decir ni hola antes. En realidad ya me daba igual pero me pudo la curiosidad. Un rato antes estuve a punto de comprar las gafas en la farmacia, incluso hice la cola durante un rato pero cuando estaba a punto de tocarme me arrepentí y me fui de allí. Hubo algo que no me gustó. No sé qué: la cola de gente, la sonrisa maliciosa del farmacéutico al decir el precio de las gafas, la sensación de que con unas gafas con estrellas pintadas sobre la cartulina no me iban a dejar ver lo que yo quería ver. Me llamaba más la atención el efecto del eclipse que el eclipse en sí mismo. Como cuando hace unos años, en Benicàssim, estábamos en la piscina y todo se nublo y pasaron cosas raras, ¿verdad Aldo?

Foto Xavi Calvo. Foto Manuel Bartual. Foto de nilsvdburg. Foto de Andrew Kornienko. Foto de Bernardo Achirica.