Malas prácticas informativas

En el número de Diagonal que aún tenéis en los quioscos, el 135, lleva cuatro recuadros míos dentro de un gran reportaje sobre la crisis en los medios de comunicación de masas:

Ruedas de prensa para grabadoras humanas

Los políticos despliegan su aparato de propaganda en los medios de comunicación, intentando convertir al periodista en un altavoz en lugar de en un mediador con la ciudadanía. En 2008 y a raíz de la campaña electoral, directores de periódicos y otros representantes de la profesión lanzaron un comunicado conjunto anunciando que “las declaraciones sin preguntas no merecen la comparecencia de periodistas”. Algunos medios como Público o El Correo Gallego anunciaron que no enviarían grabadoras humanas a cubrir declaraciones institucionales en las que no estuvieran permitidas las preguntas. “Las circunstancias han cambiado últimamente porque el PP, que fue quien provocó la ira de los medios, ha dejado de hacerlo”, aclara Salomé García, Jefa de Información de Público.
En esta misma línea de control de la imagen política, las televisiones se quejan de que la señal ya realizada y editada de mítines y actos de partidos políticos es la única disponible. Este verano, el Consejo de RTVE aprobó que en los informativos del ente público se informara de que esas imágenes han sido proporcionadas por el partido político o que en esas declaraciones no estaban permitidas las preguntas.
Además, los medios ven como una misión imposible recabar datos de la Administración central y las Comunidades Autónomas. La opacidad respecto a sueldos y gastos públicos es difícil de quebrar.

La frontera entre publicidad e información

En septiembre, la Federación de Asociaciones de Periodistas (FAPE) aprobó la Declaración de Pamplona denunciando la “banalización de la información” y la crisis laboral “más grave de la historia del periodismo”, entre otros asuntos. Este documento recuerda a los periodistas que hacen anuncios publicitarios con ánimo de lucro que el Código ético y deontológico declara “incompatible el ejercicio de la profesión periodística con la publicidad remunerada”. A pesar de ello, las voces de los locutores, especialmente los deportivos, nos confunden con un revoltillo de publicidad e información.
“La caída en ingresos de publicidad es tan brutal que pasamos por prácticas que hace quince años no se hacían”, explica Salomé García. Los anunciantes pagan por publirreportajes –publicidad con apariencia informativa- “y no quieren que aparezca etiquetado como publicidad”. Por eso los periódicos se esfuerzan en distinguir esos cuadernillos con una maquetación diferente.
En casos peores, no nos damos cuenta de que la información que nos llega es autopromocional, institucional o económicamente interesada. En las televisiones, la importancia de unas noticias deportivas sobre otras está relacionada con quién posee los derechos de retransmisión. Otro ejemplo: los medios que forman parte de un conglomerado con negocio editorial no hablan mal jamás de los libros de la casa.

La urgencia de Internet

Una de las denuncias de la FAPE es ese “nuevo escenario digital” que en gran medida se basa “en el rumor y la difamación”. Los medios online se sienten presionados por los lectores que buscan información rápida e instantánea de algo que está sucediendo en ese momento. Por ello, el periodismo digital publica, con frecuencia, sin contrastar debidamente. Se convierten en amplificadores de bulos y de información parcial e interesada.
Las webs de información necesitan generar muchas páginas para ganar credenciales ante Google y obtener mejores posicionamientos. Para ello, publican todo el flujo de teletipos que les llega de las agencias contratadas. Esta práctica, junto a la de los agregadores de noticias de otros medios vía robots, amenazan con convertir el acto de la responsabilidad informativa que supone la publicación en un acto de ganancia de tráfico, es decir, ingresos económicos. Pero las agencias de noticias, debido a la precariedad de sus colaboradores, han dejado de ser fuentes fiables. No sólo nos transmiten informaciones erróneas, sino que muchos de sus despachos son notas de prensa de empresas e instituciones ligeramente modificadas.

A la rentabilidad por el recorte

David Beriain, corresponsal de guerra actualmente en Cuatro, analiza que los medios están dejando de explicar porqué ocurren las noticias en territorios lejanos. Esto es debido a que los recortes presupuestarios están sustituyendo a los corresponsales estables por enviados especiales. El reportero llega cuando la noticia ya ha sucedido; sin fuentes, sin bagaje, ¿qué historia nos va a contar?
La rentabilidad de la empresa informativa prefiere un redactor de 25 años que va a aceptar un salario mínimo en lugar de un experto de 50, al que sale mejor prejubilar. Se cubren con becarios no remunerados las posiciones de redactores y se intentar resolver los problemas de liquidez recortando masa salarial y páginas de papel.
Según el Observatorio de la Crisis de la FAPE, desde noviembre de 2008 hasta septiembre de 2010 se han perdido 3.434 puestos de trabajo de periodistas en el Estado español debido a recortes, cierres y EREs. La precariedad de los freelances, que suponen un 42% de los periodistas que trabajan en prensa diaria, es preocupante por el descenso en picado de las tarifas, los pagos a 90 días y la inestabilidad.
Los profesionales se preguntan si la estructura heredada de los periódicos de hace 20 años aguanta la realidad actual o si debemos repensar qué es el periodismo en lugar de seguir pegando parches.

Puedes leer aquí la versión online en la web de Diagonal.