Mujer, periodista, madre

Suena un poco épico, como si fuera una cosa muy rara, cuando hay miles de mujeres periodistas y madres, pero por muy habitual que sea, fácil no es. Tampoco muy difícil, que no se trata de ser agente de la CIA.

Las preocupaciones de Carrie

Gema Valencia ha escrito para Red de Periodistas (¿eso qué es?) un reportaje sobre cómo vivimos las mujeres madres nuestra profesión. Yo, con bastante ansiedad, la verdad. Algo cuento en el artículo.

Es interesante esto sobre la jornada reducida, ya era hora de que se dijera en público:

Un ejemplo es el de E. G. M., redactora jefa en un medio nacional: “no cogí horario reducido, soy redactora jefa y tendría que hacer el mismo trabajo en menos tiempo por menos dinero, no tendría sentido”, revela.
Sin embargo, la existencia de un convenio laboral favorable a la conciliación le ayudó a armonizar la vida familiar y laboral con la llegada de un nuevo miembro a su familia.
Pintos tampoco optó por reducir su jornada “no sé si hubiera promocionado en caso de hacerlo. Todavía eso parece difícil de conseguir, yo nunca he tenido un jefe de redacción con jornada reducida”, especifica.
La media jornada parece que no es una solución que se ajuste a las dinámicas del periodismo.

Y esto sobre ser freelance, que es donde intervengo yo con mis movidas:

GEMA VALENCIA: Si hubieras trabajado en una redacción ¿crees que la conciliación hubiera resultado más fácil o más difícil?
ELENA CABRERA: Más fácil, sin ninguna duda. Está claro que hay días en los que pasan cosas y te tienes que quedar, pero no es lo mismo estar en casa todo el día en régimen de flexibilidad y autoexplotación que tener un contrato laboral, hacer tu trabajo fuera y, cuando vuelves, tienes tiempo libre.
Además, trabajando por cuenta propia, Cabrera recuerda que “al principio me sentía invencible porque ser madre me pareció algo muy potente y emocionante, lo cual se me presentó como una fuente de energía… que se agotó rápidamente”.
Y al agotarse, durante el primer y segundo año de maternidad, vivió “la clásica dicotomía de las madres trabajadoras precarias: o trabajar para pagar la guardería o tener al bebé en casa y trabaja lo que se pueda”, relata.

Podéis leerlo entero aquí.