Necesitamos espacios

Mientras escribía el siguiente artículo-post no dejaba de pensar en que necesitamos espacios, espacios okupados, espacios apropiados, colectivos, bajotierra. Espacios como los que reclamaba Martina en la novela de Belén Gopegui Deseo de ser punk. Pero nadie va a venir a regalárnoslos. Hay que salir a buscarlos, a abrirlos.

Es inevitable que cada escena tenga su lugar de consagración. Durante los 80 en Madrid fue significativo un lugar underground (simbólica y literalmente) en el que cualquier cosa podía suceder, menos lo previsible. Al Espacio «P» se lo conoce como «el underground de La Movida», según me cuenta Javier Piñango.

Lo que sucedió allí «no tenía cabida en las redes comerciales de las galerías ni en los museos y espacios culturales de las instituciones públicas», como leemos en esta web dedicada a ese lugar mítico.

La creación del Espacio «P» estuvo inspirada en espacios como The Kitchen situado en el Nueva York de 1971, centro importante del movimiento Underground estadounidense por donde pasaron todas las bandas de la No Wave. O la Freie Universität en Dusseldorf (RFA). O la etapa del V2 cuando estaba instalado en una okupa en Hertogenbosch (Holanda); más adelante, en 1994, se trasladó a Rotterdam y allí se convirtió en un centro de arte multidisciplinar que sigue en activo, con el sobrenombre Institute for Unstable Media. Otro ejemplo es la desaparecida sala Metrònom en Barcelona.

¿De dónde viene la P?

Rosa Galindo y Pedro Garhel (fallecido en 2005) se dedicaban a la performance y buscaban un estudio en Madrid. Cuando lo encontraron, en el año 1981, lo llamaron Performance – Espacio Alternativo. De ahí, el nombre evolucionó a Espacio Alternativo P y, finalmente, Espacio P. Esa P ya no evocaba sólo a Performance, sino también a Polivalente. En esa polivalencia, en aquel espacio podían desarrollarse no sólo artes escénicas, sino musicales, audiovisuales, etc. Juntos formaron en 1983 el grupo de acción visual y sonora Depósito Dental.

Tan sólo algunos ejemplos de lo que se podía encontrar en el Espacio «P»: conciertos de Esplendor Geométrico, Depósito Dental, Mar Otra vez, Mil Dolores Pequeños o Clónicos. Performances que empezaban por P como «Potaje» de Carmen Luna, «Pluma» de Ewa Lyberten, «Ritual P» de Marisol González y Geraldine Waxkowsky, «Piromanía» de Francisco Felipe, «Peces» de Raúl Rodriguez y Javier Codesal, «Paquete» de Carmen P. de Diego, «Proyección» de Rafael Lamata o «Prueba» de Pedro Garhel. O exposiciones, como «4 Fotonovelas» de P. Almodovar, V. Encinas, C. Hernándo, C. Tarancón, o «En Torno a P: Pulpo, Política, Puta, Potaje»: Presentación de 40 artistas de diferentes medios.

Los cronistas

En el festival Experimentaclub se va a entablar un coloquio (domingo 3 de octubre, Sala Audiovisual de La Casa Encendida, entrada libre y gratuita) que rescatará la historia y las anécdotas del Espacio «P» de la memoria de muchos que participaron allí estará presentado por Miguel Álvarez-Fernández y participarán, además de Rosa Galindo, el videoartista Juan Antonio Lleó y la crítica y comisaria de arte Karin Ohlenschläger.

Juan Antonio Lleó está especializado en arte digital y música electroacústica. En 1982 realizó en el Espacio «P» Programa2, una instalación con dos ordenadores y música electroacústica, banda sonora realizada con la colaboración del Laboratorio de Tratamiento de Palabra y Música (CSIC) para la Exposición En torno a «P». Y un año antes, en el 81, fue profesor de las dos ediciones del Taller de Sintetizadores Analógicos que se celebraron en este espacio.

Karin Ohlenschläger fue codirectora del MediaLab Madrid cuando su sede estaba en Conde Duque (antes de MediaLab Prado). Entre 1986 y 1990 Karin Ohlenschläger formó parte de la gestión de Espacio «P», y desde allí impulsó la creación del Vídeo Forum Internacional dirigido por ella y llevado a cabo en la sede del antiguo MEAC (Museo Español de Arte Contemporáneo) de Madrid. Cuna conocedora de la obra de Garhel, dirige el proyecto de investigación Pedro Garhel: arte de acción y lenguaje audiovisual, 1977-2005 en el CAAM (Las Palmas de Gran Canaria).

Pedro Garhel, que era canario, finiquitó su etapa madrileña en 1998 y el proyecto se trasladó a Tenerife, mutándose en Fundación [P], donde se siguieron realizando exposiciones, seminarios, acciones y tertulias.

Publicado en el blog En un experimentaclub.