Prado del Rey

Una de mis fantas?as de ni?a en las que vislumbraba mi futuro era recurrente: despu?s de hacer varias entrevistas en, digamos, la ceremonia de entrega de unos premios, alguien me dec?a «v?monos de fiesta» y yo contestaba: «no puedo, tengo que volver a Prado del Rey a montar esto». Me ve?a a mi misma como una periodista guapa, encantadora, moderna, cosmopolita. Esas tres palabras, «Prado del Rey», despertaban en mi la evocaci?n de un mundo maravilloso de pasillos, emoci?n, noticia, c?maras, micr?fonos,… Igual pasaba con «Casa de la Radio». La primera vez que entr? en las instalaciones de Televisi?n Espa?ola me emocion? y se me ca?an las l?grimas. Vamos, que m?s idealizada no pod?a tener la profesi?n. Para mi esos edificios no han perdido un ?pice de magia. De hecho, comentaba ayer con Bego?a de La Mandr?gora que pareciera que all? hay cosas no han cambiado desde el a?o 1957. Ayer fui con Jose y Miguel a que nos entrevistaran para un reportaje sobre el FIB en La Mandr?gora. Por separado, nos fueron metiendo en un plat? delante de un croma y nos hicieron -al menos a m?- preguntas generales sobre lo que supone el Festival dentro de la m?sica independiente. Me maquillaron y me peinaron y, como le dec?a hoy a Fran, descubr? el maravilloso mundo del maquillaje profesional sin brillos. Para el anecdotario: en un reportaje de 13 minutos, yo soy la ?nica chica entrevistada (quiz?s la discriminaci?n positiva ha forzado que yo est? ah?). Tambi?n salen Julio Ruiz y Jes?s Llorente. Habr? dicho las t?picas tonter?as sensibleras estas que siempre cuento cuando me entrevistan sobre el FIB, como en el documental de Buffalo, pero no las recuerdo. Espero que no os ri?is mucho si lo v?is. No s? cuando lo echan, de verdad. Pero lo avisar?.