Réquiem por 3.000 periodistas despedidos

Este artículo sobre la crisis en el periodismo desde el punto de vista laboral lo escribí hace un año para la revista Libre Pensamiento. Nunca llegó a salir (primero por un olvido de ellos y después por una negativa mía, ya que me pidieron que quitara esta línea «el cierre de una empresa informativa es más grave para la sociedad que los cierres, también lamentables, de otro tipo de industrias»). He actualizado algunos datos del texto original:

Gracias al Observatorio de la Crisis, puesto en marcha por la Federación de Asociaciones de Periodistas de Madrid, alguien se ha ocupado de recontar cuántos medios han bajado la chapa o han soltado lastre desde el primero de junio de 2008. Hasta el 1 de octubre de 2009 los despedidos fueron 2.976; en septiembre de 2010 esta cifra ascendió hasta los 3.434 (descargar documento).

Sea por censura informativa, coyuntura del mercado financiero, crisis publicitaria o mala gestión empresarial, el cierre de una empresa informativa es más grave para la sociedad que los cierres, también lamentables, de otro tipo de industrias. Y es así porque merma la pluralidad informativa, reduce los puntos de vista que interpretan el continuo noticioso diario y deja colgados no sólo a sus trabajadores sino a sus lectores, que son muchos más miles que esos tres mil empleos destruidos.

Cada medio de información nos cuenta su realidad, y qué diferente es la noticia depende de a quién pertenezca el medio y quiénes sean sus amigos. Por lo tanto, sólo nos quedan dos opciones: investigar por nosotros mismos o leer la noticia en todos los medios a nuestro alcance. Por ello, cuanto menos medios, menos posibilidades de entender qué está sucediendo y, lo que es más importante en estos tiempos complejos, por qué.

Duelo entre gratuitos

Muchas personas que no leían periódicos diariamente se han aficionado a hacerlo gracias a los gratuitos, aunque sean versiones simplificadas y ligeras del papel que se vende en los quioscos y mantengan el foco más en el entretenimiento que en cualquier otra virtud.

El lector que cada día, al entrar en el metro, recibía ese ejemplar que podía consumir en el tiempo del trayecto hasta el trabajo, no sabía que las redacciones de los diarios gratuitos Metro, 20 Minutos, ADN y Qué! se levantaban cada día a la sombra de una ruleta rusa. Eran conscientes de que estaban estrangulando el mercado publicitario y de que uno de ellos, al menos, caería más tarde o más temprano. En el fatídico año 2008 los gratuitos vivieron el abrupto fin de un crecimiento que, antes de que llegara la crisis económica, era de una de las principales preocupaciones de los medios de pago. Los gratuitos perdieron 28 millones de euros en 2008, con una facturación de menos de cien millones y una audiencia de más de ocho millones de lectores.

Finalmente, en enero de 2009, sonó un pistoletazo y los que permanecieron en pie se miraron entre ellos con rostros de alivio. El caído fue el diario Metro, propiedad de la empresa sueca del mismo nombre que inventó el modelo y lo implantó en cerca de veinte países. Dejó huérfanos a 1,8 millones de lectores según el EGM y en la calle a 83 profesionales, los que quedaban de una plantilla que ya venía siendo mermada. Metro era el tercero en términos de difusión y audiencia, por detrás de él quedaba ADN y por delante y encabezando la lista 20 Minutos con más de 2,9 millones de lectores en el momento en el que Metro caía.

Redacción de 20 Minutos, Madrid20 Minutos resiste las pérdidas como puede, siendo criticado fuertemente desde el seno de su redacción. El periódico dirigido por Arsenio Escolar acabó 2008 perdiendo 2,8 millones de euros, lo que llevó a esta empresa formada por el capital noruego mayoritario de Schibsted (a través de Min Holding) y un 20% de accionariado de Grupo Zeta a perder también ocho ediciones, entre ellas la de Asturias, cuyos cinco empleados conocieron la noticia por sms. Con el cierre de delegaciones 38 personas se fueron a la calle durante 2008, la mayoría de ellas empleados de servicios generales y muy pocos periodistas. A pesar de las promesas de la empresa, las aguas han vuelto a agitarse tras el pasado verano y en la redacción de Madrid se han producido otros 22 despidos, lo que llevó a la huelga a los trabajadores de 20Minutos el 12 de noviembre. Ese día el periódico se realizó con los directivos y dos becarios, que republicaron artículos escritos por colaboradores para otros proyectos de la misma empresa, como Calle20, sin pagarles más por ello ni tan siquiera informarles de que con sus piezas cubrirían el vacío dejado por sus compañeros en huelga.
«Hace dos años» escribía en julio de 2008 Arsenio Escolar, «nuestra facturación publicitaria comenzó a dispararse, y la paginación también. Decidí (sin calibrar muy bien sus consecuencias a medio plazo) contratar más periodistas, más maquetadores, más editores, más correctores… para hacer un producto aún más ambicioso». Escolar no calibró la crisis publicitaria que se venía encima y tras recortar en columnistas y colaboradores, llegó la hora de hacerlo en asientos de la redacción.

La supervivencia de Qué! se ha conseguido a costa de un ERE y 91 empleados menos, mientras que ADN (cuyo socio mayoritario es el Grupo Planeta) ha visto cerrar ediciones y ha vivido un goteo de despidos (15 en total), siempre evitando el Expediente.

El Observatorio de la Profesión Periodística realiza cada año un informe sobre cómo andan las cosas en lo nuestro. En el del año 2008 se incluía una encuesta a 1000 periodistas mayores de 25 años sobre los problemas más importantes que aquejan su profesión. Ni la precariedad, ni la inestabilidad ni el reto digital es lo que más les preocupa, al menos no tanto como el instrusismo laboral.
Situacion agravada por el incremento de estudiantes de Ciencias de la Información. Las matrículas se han doblado de 1995 a 2007 mientras que la demanda de empleo de periodistas no ha crecido, sino que se mantiene en 0,5 (es decir, una oferta de trabajo por cada dos periodistas).
Pero el resultado de esta encuesta es preocupante, pues no es periodista aquel que se licencia en la facultad, sino el que ejerce su oficio con responsabilidad. Es hora de repensar la profesión, de traer ideas, de responder y saber formular preguntas que ayuden a entender la complejidad de la sociedad, de hacer un periodismo con el foco en los derechos humanos y dejar de marginar los temas incómodos para las grandes empresas. Es hora, por tanto, de un periodismo valiente, de ese que escasea precisamente cuando la ingresos publicitarios caen. Es momento, también, de aprender a gestionar las empresas informativas con responsabilidad y nuevas ideas.

No es fácil. Muchas nuevas ideas embarrancan a la primera de cambio. Público, el periódico en papel de ámbito estatal más joven de nuestra enredadera informativa, probablemente el último empeño de la historia de este país en crear desde cero un diario a la antigua usanza, no se libra de los despidos. En noviembre el periódico de Mediapro ha despedido a 16 trabajadores debido al descenso de los ingresos publicitarios, 11 son redactores y 5 pertenecen al personal de administración. La empresa contaba con 181 empleados y los únicos departamentos que no han sido mermados han sido Infografía, Publico.es y Fotografía. El Comité de Empresa trasladó a la asamblea la posibilidad de contraofertar con una rebaja de la masa salarial a cambio de mantener la masa laboral, pero esta propuesta no consiguió el quórum suficiente, por lo que no prosperó.
La difusión del periódico va bien, incluso por encima de las estimaciones de la empresa, pero la crisis de la publicidad azota con más fuerza a un periódico que nunca ha visto ganancias, sólo pérdidas, como revelaron sus cuentas presentadas en el registro mercantil, que destapan 36 millones de euros perdidos desde su fundación.

Inestabilidad digital

La muerte de Soitu.es, anunciada y hecha efectiva el 27 de octubre, ha sido el cierre más impactante del año, por inesperado, repentino y sorprendente, tanto como lo fue su irrupción en el panorama informativo tan sólo 22 meses antes. 23 empleados de nuevo sin trabajo. La apuesta por un medio nativo digital que supiera desarrollar herramientas propias para tratar y devolver la información de una manera más adecuada a los hábitos de consumo actuales no le duró mucho al BBVA, su principal inversor. En el momento en el que decidió retirarse de ahí el proyecto quedó truncado, apenas desarrollado. Resulta vergonzoso que el mismo día del anuncio del cierre de un periódico, el banco que le ha quitado la vida comunica sus 4.179 millones de euros de beneficios en los primeros nueve meses de 2009.

Día de luto en soitu.es

Cuando, de entre todas sus inversiones, el Grupo Planeta decidió retirar su confianza no de la televisión, la radio, el papel de pago o el papel gratuito sino de la información en internet pocos podían comprenderlo. José Manuel Lara, presidente del holding, había querido crear el medio digital que sentara las bases de cómo hacer información en el siglo XXI. Así lo pensaba en julio de 2007 pero 20 meses después decidió que internet ya no era un mercado estratégico para la expansión de su grupo. A pesar de que los trabajadores recibieron compromisos verbales de 3 años de respaldo cuando fueron contratados, la paciencia del que no obtiene beneficios se agotó a la mitad del camino con el despido de casi 50 profesionales.
Planeta liquidó la empresa Planeta Medios Digitales sobre la que se apoyaba ADN.es e indemnizó a todos sus trabajadores despedidos por encima de los 45 días por año trabajado, que es el mínimo que marca la ley. A pesar de que se trataba de un cierre, la empresa no realizó un Expediente de Regulación de Empleo sino que se produjeron despidos individuales. Gracias a esa medida y a pesar del deseo de la plantilla, el dominio ADN.es y el archivo de contenidos creados por este medio siguen permaneciendo online y son el activo que otorga peso en internet al diario gratuito ADN, de cuya empresa es dueña Planeta en mayor o menor medida dependiendo de la edición.
Como consecuencia de su estrategia de retirada de la Red, Planeta puso a la venta su 30% de participación en la web dedicada a contenidos de agenda Lanetro.com, lo que provocó sino el cierre sí la hibernación del portal y el despido de sus 14 empleados. Tras las pérdidas de 2008, el Grupo Planeta presentó unas cuentas del año 2009 de 2,9 millones de euros de beneficio.

Derecho a pataleo

Derecho a pataleo

En un escenario en el que los medios nativos digitales como ADN.es y Soitu.es ven como sus dueños e inversores les cortan las cuerdas y caen al mar, arrastrando en su naufragio a redacciones jóvenes, otros se lanzaron a intentarlo buscando un ejemplo de financiación diferente, como es el caso del medio digital de pago Factual (con algunos contenidos gancho en abierto), dirigido por Arcadi Espada y Cristina Fallarás (antes en ADN) como segunda de abordo. A los dos meses de publicaciones diarias Espada dimitió y el Grupo Quat despidió a 16 de los 20 trabajadores de la plantilla. Tras unos meses con Juan Carlos Girauta como director, el medio se cerró y los últimos 7 profesionales que formaban plantilla se quedaron sin trabajo.

Autofinanciado con las cuotas voluntarias de sus lectores, se mantiene el medio online en abierto Periodismohumano, un periódico dirigido por Javier Bauluz con noticias y reportajes bajo el enfoque de los derechos humanos.

Más ambicioso es el proyecto de Lainformacion.com, editado por la sociedad Dixi Media Digital, propiedad de ex directivos del Grupo Recoletos. Mario Tascón, el que fuera director de elmundo.es y Director General de Prisacom, fue el editor del medio hasta octubre de 2010. Vanessa Jiménez (despedida en agosto de 2010) y Carlos Salas han sido sus directores hasta el momento. La empresa cuenta con una plantilla de 80 empleados (de ellos, unos 20 son periodistas) y unos cuantos robots.

ABC en lucha contra Vocento

Miremos ahora hacia el ruido de las rotativas nocturnas, los ruteros y las horas de cierre. Los coleccionables y las portadas a cinco columnas. Los periódicos tradicionales lo están pasando mal.

La redacción de ABC, veterana como pocas, guerreó hasta el final ante los planes del gigante Vocento para reducir los gastos de su periódico más importante. La empresa quería librarse de más de 200 trabajadores sin realizar un Expediente de Regulación de Empleo, algo que la plantilla no estuvo dispuesta a permitir, por lo que las negociaciones llegaron a estancarse en la primavera de 2009. El objetivo de Vocento era despacharlos con bajas incentivadas y así poder subcontratar las rotativas a, en realidad, una empresa de la que también es propietaria Vocento. Pero talleres no era el único departamento afectado. Ya de paso, la empresa pretendía esquilmar administración y redacción. En marzo, el Comité de Empresa consiguió forzar un ERE, con el que Vocento esperaba despedir, en un principio, a 238 empleados, el 52% del total.

Con el ERE sobre la mesa, el Comité de Empresa pidió una ampliación del periodo de consulta para poder discutirlo mejor con los trabajadores y aclarar quién quería acogerse voluntariamente al despido. Como Vocento no se lo concedió, se convocaron tres intensas jornadas de huelga entre el 3 y el 5 de abril, en las que el periódico acabó saliendo bajo mínimos y con muy poca distribución.

«Los contactos, las amistades y el poder económico de influyentes familias conservadoras, los Luca de Tena, los Bergareche y los Ybarra han posibilitado esta agresión contra la plantilla de ABC y la destrucción de 133 puestos de trabajo con derechos laborales y condiciones sociales consolidad@s», escribía el Comité de Empresa del Diario ABC en septiembre, en la web abc despidos no. Y añadía: «El Ministerio de Trabajo legaliza la injusticia, el fraude de Ley y el abuso de derecho cometido contra los trabajadores de ABC» por haber aceptado el ERE a trámite.
A pesar de que Vocento, una empresa con beneficios, posee el 99,9 de acciones de ABC, el Ministerio de Trabajo consideró que no había responsabilidad subsidiaria y aceptó el ERE en el periódico. 133 despidos. Pero la lucha continúa y el Comité de Empresa anuncia que ha iniciado procesos legales para «reclamar por la vía contencioso-administrativa, presentando el recurso de Alzada frente al Ministerio de Trabajo e Inmigración y por otro, la vía social presentando denuncias individuales los compañeros/as despedidos».

Tras el ERE, Vocento sigue despidiendo. En 2010, 16 periodistas abandonaron la redacción del periódico. 10 de ellos fueron bajas incentivadas. El Comité de Empresa afirmó a la web de la Asociación de la Prensa de Madrid que el diario pretende “reducir así la masa salarial y sustituir [a los actuales] por nuevos periodistas para que en el momento de la fusión entre ABC y ABC.es la mano de obra sea más barata”.

Esta es la manera de hacer de Vocento, la del saneamiento. Casi un centenar de personas se fueron a la calle con otro ERE en el grupo, esta vez aplicado al diario gratuito Qué!, como hemos visto antes. Y ahora, otra empresa del grupo, la agencia de noticia Colpisa está siendo desmantelada progresivamente, según denunció el Sindicato de Periodistas. Cuatro redactores fueron despedidos en una semana de noviembre de 2009, sumándose a tres jubilaciones anteriores y dos rescisiones de contrato de personal directivo. Tras un año de peleas, negociaciones y un amago de cierre la plantilla de Colpisa aprobó en octubre de 2010 un plan de viabilidad para la agencia. Con el objetivo de mantener sus empleos, los trabadores ceden una reducción salarial del 8,85%, la supresión de tres días de asuntos propios, la rebaja temporal (hasta 1 enero de 2013) de la paga de beneficios, la desaparición de la ayuda de comida (nueve euros diarios) y dos días menos de vacaciones. La firma de un nuevo convenio el 1 de enero de 2011 supondrá la renuncia a los derechos adquiridos.

Vocento anunció beneficios netos de 47,2 millones de euros (EBITDA de 18,6 millones) en los primeros nueve meses de 2009, cuando comenzó su intervención en Colpisa.

Gigantes que hacen aguas

El 22 de octubre de 2009 el consejero delegado de Unidad Editorial, Antonio Fernández-Galiano, descartó que estuviera previsto la realización de un ERE en la compañía. Tres meses después el grupo planteaba a los delegados sindicales que necesitaban recortar 30 millones de euros y anticipaban unos 400 despidos. Tras las negociaciones, el Ministerio de Trabajo autorizó un ERE que se saldó con 180 despidos de una plantilla formada por 2.100 empleados. Se acordaron, además, múltiples recortes salariales, como la congelación del IPC, la reducción de 1 euro en los vales de comida, el recorte de los salarios más altos y reducciones de jornada, entre otras medidas.
En los primeros nueve meses de 2008 el grupo responsable de El Mundo ganó 32,5 millones de euros. En cambio, en ese mismo periodo de tiempo del año 2009 perdió 6,5 millones de euros. Los ingresos publicitarios, culpables de este descalabro, habían caído un 31,2 por ciento.
Antonio Fernández-Galiano fue elegido, además, presidente de los Editores de Diarios Españoles (AEDE) por los próximos dos años.
Pero, por supuesto, los problemas no terminan con el acuerdo en cuanto al ERE y una comisión de seguimiento, tras agotar el diálogo ha denunciado a Unidad Editorial en la Inspección de Trabajo por irregularidades tras el expediente, como que el corresponsal de El Mundo en Berlín fuera despedido el 31 de julio de 2009 y cerrada la corresponsalía pero al día siguiente una colaboradora ya trabajara para el diario, que en algunas cabeceras y departamentos, la compañía haya sustituido el trabajo de redactores que han sido despedidos por becarios; que después de los despidos por el ERE, haya habido varias contrataciones mediante empresas de trabajo temporal y que en Marca haya sido contratada una persona después de 22 despidos por el ERE.

PRISA hace aguas. Eso es de dominio público. Viven en una constante renegociación de una deuda con los bancos a la que no pueden hacer frente y que les repercutirá en una gran cantidad de intereses. Por ahora no ha pasado nada grave pero las empresas del grupo viven una calma tensa sabiendo que esto explotará antes o después. El País se ha dividido en tres empresas -redacción, administración y talleres- para las que incluso hay que acceder con torniquetes diferentes en el edificio de la calle Miguel Yuste de Madrid. Las redacciones de sus dos periódicos especializados, As y Cinco Días, se han trasladado a Miguel Yuste no sólo para ahorrar en alquiler sino para buscar una vía de fusionar las redacciones y ahorrar también en recursos humanos.
PRISA fusionó su televisión, Cuatro, con Telecinco para ganar liquidez. Se ha desprendido de parte de sus activos más rentables, como la editorial Santillana y también de los menos rentables, como es el caso de Digital Plus, de la que intentó vender de nuevo a Telefónica un 20%. Ya en 2008 soltó lastre al cerrar su televisión local, Localia, despidiendo a 300 personas.

Aunque a Público no le resultara, otros han conseguido un acuerdo para evitar despidos recortando sueldos. En noviembre de 2009, la asamblea de trabajadores de La Voz de Galicia acordó bajar a todos los empleados el 3% de su sueldo para evitar que se pierda un solo empleo en el diario, al menos hasta 2011. Si el mercado publicitario se recupera por entonces los sueldos serán revisados.

El diario Avui despidió a 58 empleados. El Correo de Andalucía a 20 (y 88 afectados con un ERE). El Diario de Cádiz a 20. La Opinión de Granada (Prensa Ibérica) a 45.

Ningún periódico importante está a salvo de las consecuencias del drástico descenso de la inversión publicitaria, del desinterés del lector joven ante el papel, de la lentitud con la que dan el salto para salvar la brecha digital.

Precariedad en la principal agencia de noticias

El periodismo de agencia es la base nutritiva del resto de los medios de comunicación de masas. La relación laboral de la estatal EFE con sus empleados y colaboradores es cada día más inestable, bajando los precios, eliminando pluses, prescindiendo de trabajadores. En verano de 2010, 22 personas se quedaron sin su trabajo en la agencia, la mayoría de ellos (13) en Madrid. La indemnización para estos despedidos es de 20 días por año trabajado con un máximo de 12 mensualidades. Los afectados madrileños fueron un grupo de antiguos ayudantes de redacción y  las categorías de redactor-jefe y subdirector, muchos de ellos superan los 50 años. «Al parecer, la dirección espera alcanzar la amortización de 30 puestos de trabajo con jubilaciones parciales», informa el Sindicato de Periodistas de Madrid. La Agencia necesita rebajar 2,2 millones de gasto y pretender hacerlo de la masa salarial y modificando, unilateralmente, las condiciones de trabajo de algo más de la mitad de la plantilla para suprimir la mayoría de los pluses por jornada partida o turno rotatorio.

Cementerio de revistas

Vamos a nuestro quiosco habitual y vemos que van pasando los meses y de algunas revistas sigue exponiéndose el mismo número, ya amarillento. La publicación cerró y el quiosquero se resiste a ocupar ese espacio con algún cuaderno de sudokus.
Así pasó, por ejemplo, con la revista Zero, un medio de comunicación muy popular que ha sido altavoz de los colectivos LGTB. Había llegado el otoño pero el último número a la venta pertenecía aún a julio. Tras conocerse que la publicación está en concurso de acreedores, su editor, Miguel Ángel López, escribió en un comunicado que «a principios de año, el empeoramiento general de la crisis, y en particular, de la publicidad en los medios y las empresas que la contratan (algunas de las cuales cerraron o cortaron su servicio abruptamente con medios como el nuestro), produjo en numerosas empresas del sector, como en Zero, graves daños económicos, que han ido sumándose al resto de factores de la crisis económica general».
López prosigue realizando un análisis de cómo se produce el efecto dominó: «en la secuencia de factores determinantes en el empeoramiento de los medios, la banca ha estrangulado a empresas medianas como la nuestra, retirando sin concesiones la financiación habitual (líneas de crédito, descuento y avales), lo que impide seguir con la actividad de las sociedades y de los autónomos que las sustentan (otro colectivo ignorado y maltratado por las inexistentes políticas al respecto)». El editor denuncia «la inexistencia de los prometidos créditos ICO a las empresas medianas (de liquidez, expansión u otros fines) que no avala el Estado como se promete, y que todos los bancos niegan, también a Zeropress».
Volviendo al comienzo de este artículo, cuando decíamos que cerrar una empresa informativa genera un déficit no sólo económico sino también en la pluralidad de ideas, Miguel Ángel López lo expresa mejor cuando habla de su rechazo hacia aquellos que no respetan la función social de los medios. López revela que «posibles inversores o grupos de comunicación interesados en Zero durante el mismo 2008» sufrieron un «repliegue» llegando a cerrar «medios importantes como Metro, o los digitales ADN, Soitu y LaNetro, y cuyos planes suelen requerir el despedido de personal y el recorte de la función social de los medios, políticas de empresa que no compartimos obviamente».

Las editoras que publican un racimo de cabeceras han podado en el último año aquellas que vieron como menos rentables, las que menos zumo daban. Y así, G+J España (Vocento) ha cerrado la semanal Gala y ha despedido a seis personas en Geo. El grupo RBA ha cerrado la semanal ¡Sorpresa! y la mensual Única. Northern & Shell cerró la revista OK!. PRISA ha cerrado, dice que temporalmente, la cabecera ISport. Globus Comunicación ha cerrado la mensual Popular Science. Ser Empresario del S.XXI y Tecnopyme Europa han cerrado las revistas Ser Empresario y Gestión de Patrimonios. Focus Ediciones ha cerrado su revista Citizen K.

Otras muchas revistas están en peligro pues trabajan bajo mínimos y con la plantilla muy reducida. Es el caso del grupo Onis Comunicación, que ha llevado a cabo un ERE para despedir a 21 trabajadores de revistas como Mucho Viaje, Hoteles de España y del Mundo, Casa Joven o Bulevar 21 entre otras.

Los empleados de GPS (la empresa que comercializa revistas del grupo G+J España y Motorpress-Ibérica como Cosmopolitan, Mía, Ser Padres, Men’s Health, Muy Interesante o Marie Claire) pasaron el año 2009 pendientes de un hilo por un ERE que presentó la dirección contra la tercera parte de la plantilla (93 personas). Se manifestaron de forma original, creando ruido para que su situación no pase desapercibida. Se concentraron delante de la puerta del Ritz ante los asistentes de una fiesta de Cosmopolitan y una semana después con bocinazos, cantos y pancartas a la entrada de la fiesta Prix de la Moda Marie Claire en la Residencia de la Embajada de Francia, además de un tablao flamenco. «Elegancia huidiza, corazones de hielo. Casi ninguno [de los invitados y periodistas acreditados a la fiesta] se digna mirar hacia los más de ciento cincuenta trabajadores concentrados que les dedican uno de los lemas de la noche ‘sin nosotros, no estaríais vosotros’, dice un escrito publicado por el Sindicato de Periodistas. «Apelotonamiento de periodistas y, sobretodo, de fotógrafos para cubrir la fiesta. El portavoz del acto, Manolo González, les invita a sumarse ‘porque los que hacemos las revistas estamos en este lado’. Ni un movimiento. Insiste desde el micrófono: ‘los trabajadores estamos aquí, donde quieren despedir a 93, y vuestra profesión suma ya más de cinco mil periodistas en la calle’. Ni un gesto. ‘Cruza, cruza, cruza y únete a la lucha’ se desgañitan los concentrados. Nada. Tampoco entre los profesionales que acuden ataviados de fiesta, ni siquiera entre los más mediáticos del sector, como Concha García Campoy, que no les dirige ni una mirada», así denota el comunicado algo que no es nuevo, la insolidaridad profesional entre los periodistas. Una profesión que necesita reinventarse, en ideas y en términos laborales en la que, en cambio, triunfa el sálvase quien pueda.
«Hacemos cultura, no somos basura», es el lema que encabeza sus reivindicaciones, que retransmiten en su blog, una táctica de transparencia informativa que las empresas siempre intentan evitar. «Reivindico el sindicalismo, aunque sé que tenemos que reinventarlo, llenar los blogs, llegar desde las nuevas tecnologías a sus redes sociales, a inundar el mundo de los jóvenes», escribe en el blog del seguimiento del ERE Manolo González, trabajador de GPS y delegado sindical por CCOO. En enero de 2010, el ERE se saldó con 78 trabajadores despedidos. A pesar de ello, en los meses siguientes se produjeron otros 8 despidos fuera del ERE.

Y no olvidemos el ERE más sonado en el sector, el de Grupo ZETA, que se llevó por delante a 442 empleados de los 2.400 que componen este conglomerado editorial que publica cabeceras como Interviú, Tiempo, Cuore, Woman, Man, Primera Línea o Playstation, además de diarios como El Periódico de Catalunya o Mediterráneo, entre otras empresas editoriales y audiovisuales.

La televisión (privada) es nutritiva

El Proyecto de Ley General de la Comunicación Audiovisual tiene al sector patas arriba. De entrada, el Foro de de Organizaciones de Periodistas estima, en un comunicado emitido el 9 de noviembre de 2009 que «pone en peligro más de 10.000 puestos de trabajo en toda España, dejando la vía libre a la privatización de las cadenas de titularidad pública». En el momento de escribirse este artículo los grupos políticos están reportado sus enmiendas a una ley, que es rechazada tanto por el PP como por IU-ICV y ERC. Ambos grupos han pedido enmiendas a la totalidad por entender que la ley no reconoce que todas las televisiones son en realidad un servicio público y que es una ley pactada por las productoras privadas de televisión, sin debate previo con todos los sectores implicados.
La Federación de Sindicatos de Periodistas y la Red de Medios Comunitarios piden que la Ley regule el sector respondiendo a las necesidades de la ciudadanía y no sólo a los intereses mercantilistas de las productoras de televisión.

El debate de cómo debe ser y funcionar económicamente lo público es el más importante ahora mismo en la radiotelevisión pública, sobre todo a raíz del cambio en la financiación de RTVE.

Las radios y televisiones autonómicas públicas también están preocupadas ante esta Ley General, ya que podría abrir la puerta a la privatización. Mantener el derecho constitucional a la información plural y veraz «sólo es posible si se facilitan los medios para asegurar el empleo estable y de calidad de todos los trabajadores del sector, combatiendo la precarización y la subcontratación descontrolada», reiteraba UGT en un comunicado en el que pedía la modificación de la Ley y la inclusión de estos principios.

«Salvemos Telemadrid es el nombre de la web y del empeño de unos trabajadores que, durante 2009, han llevado la pantalla de esta televisión autonómica a negro en varias ocasiones. Estos beligerantes profesionales se revuelven contra la manipulación y la censura en la cadena controlada por el Gobierno de la Comunidad de Madrid, así como por las irregularidades laborales y económicas. Su web salvemostelemadrid.es es la mejor contestación posible a todo lo que la antena calla, con información desde dentro y desde fuera, vídeos, artículos y opiniones. Su última pelea, la «patética» implantación de Telemadrid en la TDT, según palabra de la sección sindical de CGT. «Con la primera cadena de Telemadrid arrastrando unas audiencias descendentes, que en la actualidad está en el 8.9% mensual y La Otra con una audiencia prácticamente inexistente motivada por una parrilla plagada de refritos, el panorama para afrontar el apagón analógico no puede ser más descorazonador», añaden.
El pasado mes de octubre de 2009 el juzgado de Pozuelo condenó a Telemadrid a rectificar la información de los informativos en la que se culpabilizaba a los sindicatos de a pagar la cadena durante las huelgas del 15 y 16 de abril.

Las televisiones luchan hoy por hoy contra las externalizaciones, cada vez mas frecuentes e innecesarias, sobre todo en los medios públicos. La reducción de cámaras, la prolongación de los horarios, los trabajos realizados por becarios y empleados llegados por las ETTs sangran la salud laboral de nuestra empresas informativas audiovisuales.

Después de este esperpéntico cuadro de errores y fracasos, despidos y cierres, es evidente que la profesión periodística tiene un grave problema que no está asumiendo. Los periodistas no están en la calle haciendo ruido para que entre todos pensemos cuál es el problema y cómo podemos arreglarlo. Es necesario que los directivos, empresarios e inversores sean conscientes de la responsabilidad social que supone ser un medio de comunicación. Si funcionan las redacciones tal y como las conocemos. Si hay que evitar depender en un cien por cien de la financiación publicitaria o si hay que inventarse otras maneras de transmitir esa publicidad.
La crisis de los medios es anterior a la presente depresión económica pues la crisis publicitaria ya venía de lejos. Si a este problema le añadimos nuestro importante debate interno para el que es necesario repensar el periodismo y afrontar el cambio tecnológico se nos dibuja una preocupante estampa de futuro: cuando en otros sectores se recupere el empleo los periodistas seguiremos estancados en nuestra propia crisis.