Ruge, Madrid, ruge

Hoy publico otra columna (aquí la anterior) en Playground sobre un tema del que ya había escrito, con mucho entusiasmo, en la revista Madriz: la defensa del ruido. Mi opinión es que si vives en Madrid tienes que estar a favor del ruido. Si quieres silencio, vete a vivir a Somaén. Una capital ahogada en el silencio es una capital muerta. En el ruido está todo: está la protesta, está la música, está el movimiento, la acción, la reacción y la revolución.

Hoy hay ruido, mañana mucho más.

«El sonido se convierte en ruido cuando supera los 65 dB. Lo normal es que la música de una discoteca se escuche a 100, sólo 10 decibelios más que el rugir de una motocicleta. El infierno de los atascos, el pitido de los coches, los martillos percutores de las obras, los helicópteros, las alarmas de las tiendas que saltan por la noche y nadie acude a desconectar, las sirenas de la policía y los bomberos, el aviso sonoro de una maquinaria pesada que circula marcha atrás, mi vecino de abajo que amenaza de muerte a sus padres y canta libretos de musicales y mi vecina de arriba que cada tarde sale al balcón con la guitarra para cantar “Creep” de Radiohead molestan más, mucho más, que los bares y los botellones…» Sigue leyendo.