Hoy es un día trágico: el Gobierno ha decido ceder a las presiones del lobby de toreros y pasar la competencia de las corridas de toros del Ministerio del Interior al Ministerio de Cultura.
La recreación en la muerte de un animal no puede ser cultura. Jamás de los jamases. Es un grave error. La ministra de Cultura, Ángeles González Sinde, es aficionada a las corridas. Por lo tanto, debe estar muy contenta de tener ahora lo que ellos llaman «la fiesta» bajo su jurisprudencia, tal como le habían solicitado los toreros temerosos de una sociedad que empieza a darse cuenta que no por tradición el asesinato del toro ha de seguir respetándose. Ella se ocupará de defenderla ahora. Si quiere, puede hacerlo junto a Esperanza Aguirre, «Goya, Picasso, García Lorca, Hemingway y Orson Wells».
Una de las pintadas de la calle más antiguas que recuerdo decía «touros sí, toureiros non». La grabé en mi memoria mucho antes de entenderla.
No a las corridas de toros y otros festejos donde se utilice al animal como espectáculo. No a la preservación de las corridas de toros. No a la información sobre estos espectáculos denigrantes («la lidia») en los medios de comunicación y aún menos en la sección de cultura.