What night is tonight?

Estoy en Madrid. Esto es muy raro. Estoy en Madrid y vosotros no, vosotros estáis en Benicàssim.

Últimamente ese vosotros estaba siendo más importante que el propio Benicàssim. Pensaba que tenía que ir porque vosotros me preguntaríais ¿cuántas veces has ido a Benicàssim?  Y yo diría: siempre, siempre he ido. No he faltado ni un año desde que lo vi nacer en 1995. Qué digo, yo lo vi nacer en 1994. Y yo pensaba que vosotros me miraríais con ojos como platos y diríais que eso era tremendo, que era genial, que haber ido siempre significaba algo, que significaba Historia.

Me negaba a admitir que a vosotros no os importa cuántas veces he ido yo a Benicàssim, así como tampoco os importa si este año iría o no, si falta alguna vez, o no, o ya para siempre.

En este blog antes existía una categoría llamada «festival» en el que inscribía los post sobre cosas que pasaban todo el año relacionadas con el FIB. Cosas que nos pasaban en la oficina. Cosas que le sucedían a la música y que tenían que ver con nosotros. Hubo un tiempo en el que casi todo tenía que ver con nosotros.

Pero a vosotros mi memoria no os importa, no hacéis preguntas ni pedís ayuda. Empecé a temer que no ir podía ser una opción, para mí, por mí, porque no existe ningún vosotros. Es sábado noche, el sábado de Benicàssim, va a empezar Goldfrapp, y mi decisión es esta. Ese festival ya no es mi festival. Es un reflejo muy pálido de aquel lugar tan emocionante en el que nos dejábamos la salud cada verano.

Antes de seguir, necesito dar salida a varios recuerdos. Uno: «What night is tonight?», gritaba Brett Anderson desde el Escenario grande en un ritual ya conocido, «Saturday night!!!» gritábamos en el público. Otro: Alison Goldfrapp pierde la maleta y sale al Escenario Verde con gafas de sol, camiseta fucsia y descalza; «lo que ha encontrado aquí y allá» me cuenta alguien.

Ha dejado de funcionar el streaming de los conciertos en Fiberfib.com. Espero que alguien ahí dentro se haya dado cuenta. A veces pasan cosas gordas pero estás tan metido en mil quinientos detalles que no te enteras si falla algo así. Sobre todo, dentro, no tienes ni idea de las cosas que pasan para afuera. Por ejemplo, yo nunca había escuchado la retransmisión de Radio 3 hasta este año. Sólo cuando Julio Ruiz me invitaba a la unidad móvil y me hacía preguntas sobre el Fiber, cosa que me encantaba. Cuando ayer Kasabian sacaron las trompetas (o los trombones, no sé) Julio hizo la inevitable comparación con Calexico y Tomás Fernando Flores dijo que a él no le gustaban los trombones (o las trompetas) sino que prefería a «los Kasabian más contemporáneos». Cuando hago radio yo digo muchas tonterías debido a la presión de intentar parecer inteligente y chisposa en tiempo real. Me empeño en hacer radio a pesar de que esa presión no me es favorable: escribiendo soy mejor. Aún así me empeño y me empeño. Y digo todo el rato tonterías que, si las hubiera pensado dos segundos, no habrían salido de mi boca.

Volviendo a Fiberfib.com. Yo inventé «Fiberfib.com». Me refiero a que se me ocurrió ese nombre de dominio porque todos los buenos ya estaban pillados. Hace muchos años teníamos dos webs: una era  festivaldebenicassim.com, que tenía la información del festival, pero nos parecía muy largo. Y luego estaba fiber-es.com, donde estaba alojado el Fiber (el periódico del festival que aquellos con menos de dos años de memoria no recordaran ya ni que existía). Yo tenía claro que debíamos tener una sola web, por lo que era necesario converger el FIB y el Fiber. Por eso se me ocurrió ese dominio y de ahí viene el famoso Fiberfib.com, que acabó dando nombre a un escenario cuando cierto patrocinador o colaborador se dio de baja. Yo creo que, con el uso, ese nombre raro ya nos suena normal pero causó mucha confusión, yo tuve que explicar mil veces que el festival no se llamaba Fiberfib sino FIB, y que el periódico se llamaba sólo Fiber, mientras que los asistentes eran los fibbers. Por más orden que intentase poner, al final la gente llama a las cosas como les da la gana, por lo que acabaron llamando a los asistentes igual que nuestro periódico, lo cual tenía mucho más sentido aunque fuera gramaticalmente incorrecto.

En inglés (a veces usábamos el inglés porque sí, al igual que en los 90 los grupos españoles cantaban en inglés, sin suponer que un día el FIB sería colonizado por Inglaterra) fib es una mentirijilla, así que un fibber (o, mal escrito, fiber) es un pequeño mentiroso. Tenía gracia decir fiberfib como «el mentirosillo de mentirijillas».

En el primer diseño del Fiber  en 1999 usamos letras en la cabecera del periódico que recordaban los suelos de las pistas de baile de finales de los 70 y principios de los 80, identificando fiber con fever y la famosa Saturday night fever.

Y, por eso, vuelvo a preguntar: What night is tonight?